Pablo Pombo huele a madridista inaguantable a kilómetros y además le canta las alabanzas a otro inaguantable como Cristiano Ronaldo. Pero lo hace fenomenal. Cañito.
«Miro a Cristiano Ronaldo y pienso que en él solo hay más historia que en todos los jugadores envasados al vacío. Chulo no, chulazo, como es de ley en el patio, como el que sacaba peores las notas en clase y se reivindicaba en el recreo regate a regate, vacilando, tirando caños, encañonando.
Le miro ansiar el balón así, apasionadamente, devorándose así mismo por las ganas de marcar y veo a un ser humano entregado a una lucha tan íntima que casi me da pudor.
Le miro golpear al cielo con la mirada después de cada fallo, y veo su capacidad para partirse la cara por cada balón aunque puedan partirle las piernas. »