Hete aquí a Paco López Barrio haciendo un triple tirabuzón hacia atrás y sin red para relacionar el latín y escribir guiones. Y le sale estupendamente. Dativo y ablativo.
«Dicen que el estudio del latín entrena la capacidad mental de entender y recrear estructuras. También la entrenan las matemáticas, claro, pero son estructuras demasiado abstractas. El latín, cuyo ejercicio escolar fundamental es la traducción, obliga a un análisis sintáctico, en el que no puede faltar ni sobrar ninguna pieza, necesario para reconstruir el sentido del discurso. Son estructuras de lenguaje, de expresión por tanto… por eso una buena traducción no sólo ha de sustituirnos unas palabras por otras equivalentes, sino algo mucho más importante: devolvernos el latido del autor. Y no me refiero a esa cosa siempre mal definida que llamamos “estilo”, sino a todo un complejo magma de afectos, temores, esperanzas…»