Elena Vozmediano echa en falta un afán didáctico en los museos, una aparato explicativo que ayude a comprender y aprehender las obras expuestas: Y tú que lo veas.
«Se pueden aducir dos motivos para prescindir de los textos. Uno es puramente estético y pone la exquisitez en el montaje por delante de cualquier obligación didáctica. El otro apela a la supuesta capacidad de la obra para comunicar por sí misma todo lo que el espectador necesita saber. El primero es muy cuestionable y el segundo es sencillamente falaz.»