Si los cambios son lentos en materia de libertades en el mundo árabe, en lo que atañe a la libertad sexual son casi inexistentes. Lali Sandiumenge lo analiza: El otro sexo en el mundo árabe. La revolución eternamente aplazada.
«Desde que decidió convertir su identidad de género en una lucha, Leil-Zahra Mortada trabaja bajo dos lemas que siguen vigentes hoy en día: “Uno: no hay terapia para la homosexualidad, pero sí hay terapia contra la homofobia. Dos: si eres homófobo es tu problema, no el mío”. Pero la terapia para curar la homofobia es larga y deja mucho que desear. Tantos años después de ese paso histórico, algo ha cambiado, pero no tanto como cabría esperar. El artículo 534 del código penal libanés, que tipifica y castiga con penas de prisión lo que denomina “coito antinatural”, sigue en vigor. Helem ya no es la única organización que existe en la región, pero muchos LGBT siguen sintiéndose solos y viviendo una doble vida y aunque se ha incrementado la concienciación y se acepta su existencia, la homosexualidad sigue siendo un tabú.»