Los que andamos por la treintena larga tenemos muy presentes aún los diálogos psicodélicos y las imágenes absurdas que nos llegaban por parte de la recién nacida Telecinco bajo el nombre de Humor Amarillo. José A. Pérez nos cuenta cómo se gestó el programa. El extraño origen de Humor Amarillo
«Dos días después, Herrera recibía las cajas en su casa. Antes de introducir la primera cinta en el vídeo, Juan tuvo la prudencia de abrir una lata de aceitunas y colocarlas en un platito. Luego, ya bien provisto, pulsó el play. Por la televisión de tubo empezaron a desfilar japoneses gritones que saltaban, corrían y caían desde estructuras móviles a lagos marrones y suelos de goma espuma. Por extraño que pueda parecer, Juan no sabía japonés por entonces.
“Tampoco sabía quién era Takeshi Kitano“, recuerda Herrera. “Y nadie nos explicó nunca qué era aquello, si era un concurso, un show o una fábrica japonesa de tullidos”.»