El siempre estimulante Palomitas en los ojos nos ofrece en (de momento) dos entregas un interesante recorrido y analisis del vandalismo de presuntos “desequilibrados” contra obras de arte, ataques muy reveladores de la concepción social de la belleza y los sexos. Una lectura de género del vandalismo artístico
«El 10 de marzo de 1914, una mujer menuda y amante del arte, Mary Richardson, entró en la National Gallery confundida entre la gente que aprovechaba el miércoles como día de visitas gratuito y en la hora en que el museo empezaba a quedarse solitario por el almuerzo se aproximó, rompió el cristal que protegía la obra y acuchilló siete veces La Venus del espejo de Velázquez como un acto de reivindicación»