Empieza a responder Alfredo Herrera Patiño una serie de cuestiones interesantísimas. La primera: ¿Los libros no pueden ser tan baratos? (Busquen en su página que ya respondió unas cuántas)
«No es que los libros ahora sean parte del entretenimiento. Tampoco que se precisen mayores cantidades. No. El problema es que la nervadura tuvo sentido cuando los posibles lectores de un libro eran, en general, pocos. No precisaba, como dice Zaid, públicos cinematográficos. Ahora sí, se volvió masivo, cinematográfico. Exige mucha mercadotecnia, lanzamientos, ruido. Unos cuantos pocos mínimos títulos venderán cantidades obscenas de ejemplares o tendrán números aterradores de descargas. Cada día los muy muy grandes serán más grandes y pensarán en términos cinematográficos. Los demás libros, los de siempre, deberán ser gratuitos o pagaderos en cantidades mínimas por medio de suscripciones.»