Muy interesante artículo sobre la silenciosa ¿revolución? de la educación superior hacia los contenidos abiertos y contra el corsé de editoriales y publicaciones: El imparable ascenso de la educación abierta, de Marcus Hurst.
«El problema tiene varios frentes. Primero está el precio. Suscribirse a algunas de las publicaciones más caras puede llegar a costar 18.000 euros al año.
Segundo. Los científicos, en cambio, no cobran nada por ello. Pero que te publiquen en este tipo de medios es un factor determinante a la hora de escalar rangos en la jerarquía catedrática y tener acceso a más fondos para investigar.
Además, buena parte de esta información está financiada por los contribuyentes. Conocimiento que se cierra detrás de un muro de pago y que lucra a una compañía que, según The Guardian, opera con márgenes de más del 30%.»