Adrián Hiebra sobre la inmovilidad de los museos: La academia y el culto al aburrimiento.
«el componente lúdico es importante y la gente no es tonta, o lo que es igual, ni la diversión se opone a la cultura ni facilitar el acceso y abrir el contenido supone banalizarlo. Dos obviedades históricamente ignoradas en el ámbito museístico y en los entornos académicos, como me recordaba hace unos días un (sufrido) profesor universitario: “se aburren aquí, como se aburrían en el instituto y como se aburren en el museo, sienten que no pintan nada”.»