Murió la perrita de David Muñoz, guionista, y como homenaje a ella ha colgado un post precioso de por qué los guionistas deberían tener perro. Adiós, Venga.
«Conoces gente con la que nunca tratarías normalmente. Tarde o temprano, si quieres que tu perro socialice con otros, lo normal es que acabes integrándote en una de esas “perripandillas” que suelen verse entre las ocho y las diez de la noche en prácticamente cualquier parque. Y en todas suelen darse cita personas que de otra manera nunca habrían cruzado una palabra. En la “mía” hay españoles, argentinos, ecuatorianos, heteros, gays, jóvenes, viejos, profesores de universidad, señoras de la limpieza, empleados de Caja Madrid, etc. Es una manera estupenda de saber cómo piensa gente que no tiene nada que ver contigo. Así, es difícil que te pase como a algún amigo mío guionista que parece convencido de que “la gente” en realidad disfrutaría más de las series de la HBO que de “El barco” si Antena 3 las emitiera a las 10 de la noche, prefiere ver la tele en Internet a sentarse por la noche delante de la caja tonta como se ha hecho toda la vida, y mira la hora en su móvil (o en su Smart phone, Iphone o el “phone” que sea) y no en su reloj de pulsera. Pero no, en las perripandillas la gente dice cuando se va a casa que “a ver si ponen por la tele algo bueno esta noche”, llama “Torrente” a Santiago Segura, la mayoría no tienen un Iphone ni parecen tener el más mínimo interés en comprarse uno, y claro, están convencidos de que los de la tele y el cine vivimos del cuento y de las subvenciones. Mi amigo se creer que “la gente” son solo sus amigos.»