Sobre la importancia de Maurice Sendack a la hora de eliminar noñerías de los libros para niños: Luis Alemany, Ñoñe-ñoñerías. Yo añadiría que ahora falta limpiar toda la literatura juvenil.
«“Algo ñoño es algo sin ninguna sustancia, sin reflexión ninguna. Es el estereotipo de la ternura, y si algo tiene la ternura es que debe ser natural y espontánea. Real. Sin impostura”. “La ñoñería tiene que ver con tomar a los niños por idiotas. Tiene que ver con una pseudomoralidad. Y con una literatura que hace de escudo, con un lenguaje irreal, finales felices…”. “Hasta los años 60, por lo menos, la literatura para niños era pedagógica, moralista, retraataba lo que debían ser las cosas, no lo que eran”.»