Vaya despliegue de Mauro Cadove de pericia lingüística en este artículo sobre palabras con cinco vocales: Lengua. Piedra, papel o cordero.
«No es necesario aclarar que algunos de los vocablos que encontrarán allí no son tan auténticos como parecen: un arquitecto podrá tener las cinco vocales, sí, pero una de ellas es muda, digan lo que digan. Se nos podrá replicar que lo de la semivocal presente en el murciélago tampoco es asunto secundario; y así es, en efecto. De modo que, prescindiendo de aperturismos, tendremos que imaginar otras historias: la del republicano meditabundo, la del pulverizador urogenital, la de las dos hipotenusas consecutivas, la de la meticulosa encubridora y el pobre perjudicado. Y ahora sí que sí.»