Iraq está vendiendo sus recursos al mejor postor; es la teoría que sostiene Muzanna Abdalá en Cuando Iraq se pierde entre Don Irán y Doña Turquía.
«Los que ejercen el poder en solitario en Iraq y que pretenden consolidar esa forma de poder tienen miedo a los otros, cuyo papel político ha sido engullido en el sistema de cuotas. Como ni la marginación ni la criminalización ni la exclusión ejercidas sobre los otros son ya medios suficientes para garantizar el mantenerse en el poder, [Maliki] se ha precipitado hacia Irán para desarrollar sus alianzas regionales con Teherán más allá de la coordinación puntual en política y en materia de seguridad. El sacrificio en pro de la grandeza y la ilusión de un Estado regional fuerte que esa parte que ejerce el poder en solitario imagina que ha fabricado en Iraq, le imponen ver a todo aquel que se opone a sus políticas como una fuerza regional hostil a su poder de la que hay que deshacerse, y a ver que el único camino hacia ello está en poner su destino entre los dientes de la mandíbula iraní para que responda conteniendo a los rivales de dentro y de fuera.»