Dice Laura Casielles, y tiene razón, que por mucho que intentemos meter en un cuadrado ordenado todo lo que sucede, nada de lo que está en ese cuadrado es garantía de lo que sucederá después. Posibilidad de lo inesperado.
«Un orden social significa una lógica mental; pensar es pensar dentro de un código. Aprender, entonces, es ir sabiendo dónde colocar todo lo que ocurre en una suerte de casillero mental, tallado con juicios. Si la información tiene un valor de cambio, si sus motivos requieren justificar o delinear, es necesario acotar los espacios sin lugar a desviaciones. Si no hay hecho que no sea noticia, ni noticia que venga sin su etiqueta, podemos irnos fabricando certezas: pensar que sabemos. Y entonces, creemos poder saber lo que cabe esperar y desear. Y, por tanto, lo que cabe y no cabe hacer.
La perspectiva de futuro envenena las posibilidades del tiempo. Pensar como bueno o malo un hito del discurrir coarta sus posibilidades, condiciona el relato por venir, condena los hechos a un decurso de dolor o de risa.»