Bonito artículo de John Carlin sobre Guardiola y su marcha del Barcelona: Guardiola y Hamlet.
«Más que un enfermo de cáncer, Robson fue un enfermo del fútbol. Guardiola también lo es. Si no, no hubiera ganado 13 trofeos en cuatro años. Pero la diferencia entre él y Robson —y Ferguson y todos los demás— quizá sea que él es consciente de ser un enfermo, él es capaz de mirar más allá del fútbol, de la victoria y la derrota en el campo y por eso ha llegado a la conclusión de que le vendría bien intentar superar su adicción, o al menos de vivir un período de convalecencia para evaluar si realmente quiere o puede dejar la droga y, si descubre que no puede, pues a volver a entrenar y asumir su destino con renovada claridad y convicción»