A propósito de la retirada de Raúl, escribe Enrique Ballester este delicioso texto sobre la eterna infancia. En serio
«Y más cosas, claro. De niño te pasan cosas de niños, y aún no sospechas que de mayor te pasan cosas de mierda. Por entonces Raúl ya jugaba, ya era una estrella. En uno de los últimos días de clase, era casi verano, una profesora me radiografió en directo. Sacas buenas notas pero no te esfuerzas, Enrique, me advirtió, qué te pasa, no te reconozco, eras un niño con interés, y lo has perdido. Si pierdes el interés lo perderás todo.
Y lo clavó»