El Irregular examina con atención un edificio público claramente zombificado, muerto viviente con acensores viejos. Hay unos cuantos en las administraciones públicas del estado. Síndrome del edificio zombi.
«¿Han oído hablar del síndrome del edificio enfermo? Pues el síndrome del edificio zombi es un caso extremo de la enfermedad. Este síndrome se produce en edificios que tras una larga enfermedad, y una dolorosa agonía, fallecen. Si, muertos, fenecidos, han estirado la pata, o los cimientos para ser exactos.
Pese a su muerte, en lugar de ser piadosamente derribados, entregados sus restos a la escombrera y su solar a los especuladores, se les mantiene en pie y funcionales mediante complicados ritos de vudumantenimiento y vuduparcheado.»