José María Martínez viaja al Congo y nos cuenta lo que vio, un panorama muy pesimista: Viaje al Congo.
«Todo parece un desastre, pero lo peor es que estoy convencido que lo es. En la República Democrática de Congo existe un presidente, pero todo se mueve como si no existiera un gobierno. Como cobran una miseria, los militares tienen que sacar el dinero de algún lado. Lo mismo les pasa a los funcionarios y a los maestros. A los maestros tienen que pagarles los padres, que no tienen nada. No es de extrañar que el robo y el soborno sean el deporte nacional. El Estado no paga para hacer carreteras, hospitales… Cada año que pasa todo va a peor. Es como las calles, que con los belgas llegaron a tener hasta semáforos. En Bukavu hay miles de soldados y funcionarios de la ONU, de la Cruz Roja, de múltiples organismos internacionales que pagan costosos alquileres a una pequeña parte de la población ya adinerada.»