Ramón Buenaventura se pasma ante un superéxito editorial (digital) bocaaboquil, un cursi novela de porno blando para mujeres. Cincuenta matices de Grey.
«Según las fuentes, lo que Fifty Shades of Grey ofrece es erotismo gordo o porno blando para mujeres. Bueno. Pues no sé. La principal diferencia con los textos preparados para consumo viril consiste en que las cosas van muy despacito, muy despacito (media página de minuciosa descripción para que la yema del dedo índice de Christian llegue desde detrás de la orejita de Anastasita a la puntita de su clitorisito, pasando por su ombliguín) (página y media para que el supermacho destape por fin su largo y grueso atributo y lo encaje en el inundado estuche de la extasiada hembrita).»