Emocionada y apasionada loa al teatro por parte de Marcos Ordóñez. El teatro, esa máquina de imaginar.
«Me había gustado tantísimo Incendios, de Wadji Mouawad, soberbiamente dirigida por Oriol Broggi en el Romea, que cuando supe que existía una versión cinematográfica corrí a alquilarla. A la media hora ya estaba frito. ¿Por qué era todo tan plano, tan aburrido, tan poco interesante? ¿Mi sopor se debía a que ya conocía los giros de la historia? No. Se debía, creo yo, a que, en lo tocante a potencia imaginativa, el teatro siempre irá muy por delante del cine. Todos hemos visto esas obras montadas con cuatro cuartos en las que aparecen dos tipos, vestidos de calle, ante una cortina negra, y a los pocos minutos nos plantan, por el vigor de sus palabras, en la antigua Roma. El cine, por el contrario, está obligado a mostrar minuciosamente, con todo lujo de detalles, el espacio que rodea a esos dos tipos, el entorno de la antigua Roma.»