“¿Nostalgia por la desaparición de la Britannica en papel? Ciertamente. Sólo nostalgia: mucho me temo que, aparte del terreno de los sentimientos, poco más se va a perder”. Luis Manuel Ruiz, La suma del conocimiento humano.
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También, es cierto, habrá cosas que se pierdan. En primer lugar, como dice Alberto Manguel, el placer del vagabundeo. Teclear un nombre y recibir ipso facto un vómito de datos con anteojeras impide demorarse entre las páginas porque sí, sin dirección, sin necesidad de nada, simplemente por mirar, como quien hojea una revista o un tebeo en el baño. Reconozco que muchos de mis mejores ratos han transcurrido en el salón de casa de mis padres, con la vieja Larousse entre las rodillas, saltando con descuido de reyes a venenos, de las estrellas a Afganistán, y deteniéndome a contemplar retratos de serigrafías con colores de humo donde apenas se reconoce el rostro de alguien.»