Más que interesante el artículo de
Xavier Agenjo El monje digital y su quehacer. Plantea el problema de la digitalización de los libros en papel y establece un paralelismo con los amanuenses medievales: copia a mano y selección de materiales por imposibilidad de abarcar todo. ¿El problema? Como siempre el dinero, porque los gobiernos entederán tarde, mal y a rastro que en de esa tarea depende buena parte de la transmisión futura de nuestra cultura: “Esta cultura se intentaba preservar y difundir copiando los textos una y otra vez, pero aun así no deja de asombrar la grandeza de miras de aquellos monjes analógicos, si se me permite la expresión, que incorporaron la Cultura Clásica a sus quehaceres. ¿Seremos capaces los monjes digitales de hacer una labor similar? Tal vez mis palabras puedan parecer todavía inexactas, aventuradas o exageradas, pero veremos como progresivamente la elección de los materiales a preservar mediante el proceso de la digitalización se convertirá en un acto deontológico, que habremos de resolver y para el cual deberemos tener las ideas muy claras basadas en criterios, en mi opinión, fundamentalmente democráticos.”