Lo de las librerías físicas es complicado y doloroso, pero yo tampoco veo solución a su desaparición (al menos tal y como se conciben ahora) a medio plazo. Bernat Ruiz Domènech comenta el caso de los costosos estertores de algunos: Libreros: subvenciones para polvo y telarañas.
«Las librerías tienen los años contados. Me refiero a ese negocio montado en un local a pie de calle al que acceden unos seres humanos para comprar un conocimiento –o un entretenimiento- escrito, impreso y encuadernado. Esa librería agoniza. Debiera entrar en cuidados paliativos para que su final fuera menos doloroso, pero no más largo. El Gremio de Libreros de Catalunya cree que no, que el enfermo terminal puede sobrevivir y ha encontrado un galeno que también lo cree en la persona de Ferran Mascarell, Conseller de Cultura de la Generalitat de Catalunya. Prestos a perpetrar un cruel ensañamiento terapéutico en las carnes de tan respetable sector, han pergeñado algo llamado Plan Llibreriactiva.»
2012-03-01 13:31
La galería Marlborough o IvoryPress son buenos ejemplos de como mantener una “librería”. Para el resto de la chusma sirve la venta on-line :-)