En Frank Capra: ¡Qué bella es la ciencia!, Iván Jiménez Montalvo nos acerca la cara menos conocida del famoso cinasta: su pasión por la ciencia. Capra había estudiado ingeniería química en Caltech, y al final de su carrera se dedicó a la divulgación científica, realizando documentales y animaciones para un nuevo medio llamado televisión. En 1958 realizó un documental sobre ¡el cambio climático!
«La fascinación de Capra por la ciencia era tal que llegó a incluir conceptos científicos en algunas de sus películas, obligando a sus guionistas a readaptar las escenas. Como es el caso Vive como quieras (1938) en el que su protagonista, James Stewart, suelta un alegato a favor del uso de la energía solar en una de las secuencias románticas del film.»