Creo que al gallego medio le sonarán ya muy pocas de estas palabras, pero a nuestros nietos me temo que ninguna: aquí ya no llueve. Los gallegos y sus 70 palabras para designar la lluvia (), por Carlos Carabaña
«Un ejemplo de esta variación metafórica en gallego sería el froallo, que según la Real Academia Galega es “una lluvia muy pequeña”. El término nace del latín floccum, que significaba una brizna de lana. Cuando antes se esquilaba a las ovejas y se aireaba la lana, esta soltaba un polvillo que se mecía blanco entre la brisa. “Esa imagen del polvo moviéndose”, dice Fidalgo, “ se trasladó a una lluvia que se pone a caer cuando hay rayos de sol y parece medio blanca”.»