Adrián Hiebra a propósito de ARCO, sobre el arte y su cómodo asentamiento en el mercado: El arte, ese activo financiero.
«No me malinterpreten, no se trata de proscribir el arte comercial ni de cuestionar a sus agentes, sino de exigir un mínimo de decoro a la hora de poner las cartas sobre la mesa. Esa papilla de mercado, institución y transgresión domesticada que nos venden no hay quien se la trague; ese travestismo del gestor que es comisario, crítico, art dealer y artista mientras pontifica sobre la necesidad de profesionalizar el sector no es ético. Todo sería más fácil si explicásemos que ahora práctica artística e institución son consecuencia, no causa, del mercado.»