La ola de conservadurismo general toma tintes dramáticos cuando afecta a cosas como el uso del condón; parece que en Estados Unidos se está llevando a cabo una campaña que intenta que no se use condón y se sustituya por la abstinencia; el resultado, claro está, será el contagio de enfermedades, los embarazos no deseados y la muerte; lo peor, es que, en opinión de
Nicholas D. Kristof el Gobierno empieza a coquetear con la campaña: “Hasta ahora, el presidente Bush no ha adherido plenamente a la campaña contra los condones, pero hay señales alarmantes de que él se está subiendo al tren. El mes pasado, durante una conferencia internacional en Bangkok, funcionarios estadounidenses exigieron la supresión de una referencia al “uso consistente del preservativo” para combatir el VIH/sida y las ITS. ¿Qué defiende, entonces, este gobierno? ¿Su uso intermitente?”
La guerra secreta contra los condones.