Fernanda Sandez en La Nación del domingo escribe sobre el lugar para parir y el lugar de la mujer. El paridero
Una de las tantas herejes que se niegan a dar a luz en una de esas clínicas blancas adonde parece que la muerte tiene prohibido el ingreso. Simple y con moraleja, la historia de Caroline lo dice clarito: a las chúcaras que se nieguen a marchar al “paridero” les espera lo mismo que a ella.