Uno duda entre ignorar por completo o prestar atención a estos neoconservadores carpetovetónicos que se inflan con los canales de TDT, pero visto que ahora muchas de sus tesis van a tener apoyos estatales… Francisco Blázquez destripa las barbaridades contra la evolución en Intereconomía: Lágrimas en la ciencia. [Ref.: Javier Armentia]
«La ignorancia biológica fue desplegada con erudición filosófica y teológica, de tal forma que los telespectadores que no estuvieran versados en el problema llegarían a pensar que la ciencia no tiene muy claro eso de la evolución. Ignorancia como la que yo mostraría al afirmar alegremente que la lengua en la que estoy escribiendo no procede del latín, y que no guarda relación alguna con esas que los lingüistas —también empapados de filosofía materialista—, llaman lenguas romances. Espero que nadie argumente con las similitudes fonéticas, léxicas y morfológicas entre estas últimas y el latín, porque ya dijo De Prada (y algún otro de sus contertulios) que eso no indica un origen común. Que los seres vivos compartan un mismo patrón molecular y celular, procesos bioquímicos y genes, o que la estructura ósea de las extremidades de los vertebrados tetrápodos (lo que incluye a ranitas de San Antonio, dragones de Komodo, seres humanos y también ornitorrincos) sea la misma, tampoco tiene ningún significado.»