Este artículo fue una inocentada de ayer de Ricardo Galli, pero, ¿cuánto hay de verdad en ella? No en cuanto a sus intenciones reales, sino en varios de sus argumentos sobre lo absurdo y agotador de defender el software libre: Dejo el activismo hipócrita y sin sentido.
«¿De qué vale defender los principios del software libre si al final perjudica a tu vida personal y laboral y además te toman por loco o talibán? ¿De qué vale hacer esfuerzos personales si, además de tomarte por gilipollas, das excusas para que esos a los que les de igual todo te pidan cuentas por la mínima contradicción? ¿De qué vale asumir compromisos si hasta sales perdiendo cuando criticas a políticos que no cumplen ni las bases de su programa electoral? ¿De qué vale esforzarte durante tantos años para que tus alumnos aprendan la “informática dura” y el software libre si son ellos mismos los que se quejan a la universidad de que les obligas a usar GNU/Linux en vez de obligarles a usar Windows?»