Daniel Verdú recoge el caso de un violonchelista que después de sufrir una encefalitis por herpes sólo mantenía intacta su memoria musical. El virtuoso chelista amnésico, lo que parece sugerir que la memoria episódica y la musical residen en circuitos cerebrales diferentes.

«Las sucesivas pruebas revelaron que, pese a no poder nombrar a ningún violonchelista y ser capaz solo de invocar a Beethoven como representante de los compositores que admiraba, conservaba casi intacta su memoria musical, si es que puede llamarse así. “Su dolencia era tan grave que no podíamos avanzar con los métodos habituales para casos de amnesia. Así que diseñamos una serie de tests especiales basados en la música“»