El escritor y economista Pablo Rieznik presenta su segundo artículo sobre “Partícula divina”.
A la caza de la partícula divina
El elusivo “bosón” (su existencia en el tiempo es infinitesimal) permitiría entender porque en la “explosión” de energía que originó el universo, algunas de las llamadas partículas primordiales adquirieron su masa particular y constituyen la base material de todo lo que conocemos, incluidos nosotros mismos.