Muy interesante artículo de Alaa al Aswani analizando la revolución egipcia, los millones de ciudadanos pasivos, las intenciones de estatismo de la Junta militar, la codicia islamista… ¿Volverán los conejos a la jaula?.
«Así se ha abortado la revolución egipcia: dando pasos consecutivos estudiados con cuidado, aunque queda el último paso necesario para poner término a la revolución y hacer como si no hubiera sucedido. Tras cercar a los revolucionarios, alejarlos del Parlamento y distorsionar su imagen, es necesario un golpe aplastante que rompa su voluntad de forma definitiva.
La coyuntura es favorable a ese golpe: los líderes islamistas no quieren enfadar al Consejo Militar porque codician escaños en el Parlamento, los liberales de peso están sentados a la mesa del Consejo Militar avarientos de los próximos cargos ministeriales, y la inquietud por todas las crisis y luchas de los egipcios sumisos se ha convertido en odio real hacia la revolución, y con toda sinceridad añoran los días de Mubarak cuando su vida era una vida de humillación pero una vida estable y segura. La gestión de las carnicerías repetidas se ha gestionado siempre de la misma manera: los aparatos de seguridad inducen a matones que queman instalaciones y provocan destrucción lo que alarma a los egipcios, quienes creen que los revolucionarios son unos matones, y después llega la oleada de ataques salvajes a los manifestantes, no solo para matarlos y saltarles los ojos, sino, y este es el objetivo principal, para asustar a todos los egipcios y que no salgan a la calle y no se manifiesten, y devolverlos al estado de conformidad previo a la revolución.»