Hay un día, inevitable, en el que nuestro pijama se deforma. No es algo contra lo que se pueda luchar, es como el invierno o como las arrugas: suceden. Lo cuenta Marta González. Sabes ese día que….
«Seguro que te ha pasado. Ese día que te levantas cuando eres pequeño y notas que has crecido: que puedes mirar las cosas más arriba de cómo las mirabas el día antes. O el día antes de caer con un gripazo y una fiebre causantes de tu tan ansiado estirón. Lees cantos de libros que antes sólo alcanzabas de puntillas, y puedes mirar a los ojos a ese primo que siempre va un poco más adelantado a ti. Seguro que te ha pasado.»