Germán Jaramillo Duque opina que el libro está perdiendo la batalla de la profundidad y la densidad a causa de las constantes fuentes de distracción que lo rodean. La tragedia del libro.
«Para sustentar las amenazas cada quien tiene su teoría, aunque hay un denominador común en todas ellas y es la conclusión de que la lectura juiciosa, esto es, aquella cuya intención es cultivar el intelecto, averiguar cómo ve la realidad quien ha escrito sobre ella, y cuáles aspectos de la misma se le han escapado, es algo que cada vez se aleja más del objetivo de quien lee, debido a que los esquemas que se ejercitan actualmente para intervenir en la actividad intelectual tienen como visión el desvío permanente de la atención, generando múltiples estímulos y haciendo que éstos aparezcan de manera simultánea, para ayudar a descontrolar la capacidad de elección del individuo.»