No hace tanto tiempo, el fútbol era una cuestión de fe, de saber de oídas, de imaginación. No hace tanto tiempo los futbolistas que no eran de la selección española en un mundial eran magos desconocidos. Habla Dadan Narval: Sócrates y el fútbol como relato
«Hace no mucho releíamos una y otra vez las plantillas de los equipos extranjeros a principios de temporada (solo los grandes ingleses, italianos, alemanes y con suerte franceses, el resto del mundo no existía) que Don Balón a veces incluía (para ver cómo había cambiado una plantilla de una temporada a otra debías compulsar dos revistas distanciadas un año). De los jugadores más importantes del mundo apenas teníamos unas cuantas fotos que amarilleaban poco a poco, luciendo grapadas en las paredes de nuestros cuartos. ¿Videos? Con suerte habíamos conseguido grabar uno o dos partidos en nuestro viejo Betas o VHS, que desgastábamos de tanto verlos una y otra vez. Si no, nos conformábamos con Estudio Estadio y con imágenes sueltas que de vez en cuando la televisión nos concedía. Llegábamos al Mundial desconociendo todo de casi todas las selecciones participantes. Incluso en Brasil, Alemania o Argentina había jugadores de los que oíamos por primera vez su nombre al leerlo en la convocatoria final. ¡Qué decir de esos equipos del este de los que desconocíamos absolutamente todo!»