Guillermo López llama la atención sobre algo preocupante en la nueva hornada política (esto es, menores de cuarenta años): no han trabajado jamás en nada que no sea el propio partido. Política: un trabajo para toda la vida.
«Los jóvenes que se acercan a la política, especialmente en los grandes partidos, si se lo curran en la nefanda lucha interna y logran medrar, consiguen muy rápidamente algún puesto remunerado, bien como representante público, bien como asesor o laborante en empresa pública colocado a dedo por el partido. Y no hablamos de puestos mal remunerados, sino de sueldos en torno a los 2.000 – 3.000 euros mensuales limpios desde muy pronto. Y, además, por trabajos a menudo poco definidos o consistentes en trabajar para el partido, es decir: lo que ya hacían antes con la esperanza de que el partido les colocase. En esos términos, no es extraño que se pregunten… ¿cómo voy a trabajar por 500 € al mes en un trabajo de los de verdad?»