Antoni Gutiérrez-Rubí hace un análisis acertado de estas elecciones, del ambiente de inevitabilidad y cansancio y de la militancia en red: Elecciones frías.
«La sensación de resultado inevitable —amplificada permanentemente por opinadores y expertos— es tan abrumadora que parece que todo el debate gira alrededor de una supuesta porra colectiva. Los números de los escaños de diferencia, el reparto de los restantes, y las otras batallas electorales, están sustituyendo la discusión sobre los problemas y las soluciones por el de las apuestas. La política ausente se ve superada por la especulación aritmética. El clima es tan frío y calculador que casi avergüenza en contraste con la magnitud de los problemas y los retos que tenemos por delante.»