Eva muñoz reseña el último número de la revista Ínsula, dedicado ni más ni menos que a la nueva
Poesía del compromiso: “Un discurso del compromiso que no es monocorde —y, desde luego, no lo es formalmente: hay quien opta por un discurso estético realista y quien, con similares propósitos, huye de toda referencialidad— pero que halla un nexo en ‘la fe en la radical utilidad de la poesía: la poesía no es inútil porque es un útil ideológico’”. Yo creo que es muy distinto creer que la poesía es útil a creer que ha de ser comprometida. Útil puede ser desde el momento en que alguien disfrute con ella; comprometida es un término que va a una poesía que pretende mover resortes, solidarizarse o descarnar. Me quedo con la última palabra.