Pablo Ximénez de Sandoval plantea una pregunta cada vez más repetida: Ahora en serio, ¿y si cerramos el Senado?
«Tampoco es fácil suprimirlo, porque los dos grandes partidos tendrían que renunciar a una importante vía de financiación indirecta. Partido Popular y PSOE tienen más de cien sueldos cada uno en esa Cámara. Un puesto en el Senado no se le ofrece a cualquiera. Si uno repasa los senadores, se dará cuenta de que hay muchos líderes o secretarios regionales, personajes de aparato duro. De esa forma, viajan a Madrid con cargo a la Cámara, cobran un sueldo (que ronda los 5.000 euros al mes) y, dada la poca presión que hay sobre el Senado, se pueden dedicar a labores de partido sin costarle nada a la organización. En el caso de algunos partidos, como el PSOE, los senadores aportan parte de su sueldo a la tesorería.»