Juan Ignacio Macua transcribe Unos apuntes sobre el fin del arte, un extenso artículo sobre el reincidente sentimiento de que se ha llegado a un punto y final artístico.
«Pues a pesar de lo que está cayendo y sin paraguas protector alguno, aún hay gentes de todas las edades que tienen, o esperan tener, el arte como meta de su vida; para ellos es lo único que merece la pena y ahí siguen con el pincel o el mazo, acumulando sus obras completas en el trastero de su estudio, incansables, visitando exposiciones de amigos y de enemigos, reprimiendo su envidia cuando han visto un camino nuevo, una solución para un problema que ellos no habían sabido resolver, lamentándose de la soledad del corredor de fond»