Lula promete quizás demasiado; obvia que para consegur la mayor parte de sus objetivos no llega con su voluntad y trabajo; ni siquiera con la de todo el pueblo brasileño: necesita que otros países mucho más poderosos le ayuden. ¿Logrará convencer a todos los países que están esquilmando la Amazonia que se retiren o que moderen sus extracciones?: “Si se realiza el recorrido del río Amazonas en avión se vislumbran embarcaciones que transportan sin autorización maderas nobles como la caoba o el roble, en la selva se observan “hachazos” que resultan ser pistas de aterrizaje para estos contrabandistas de naturaleza y en ocasiones se levantan columnas de humo de incendios provocados para recortar el espacio de la cuenca amazónica. La causa de estas quemas radica en la especulación con el terreno.”
Amazonia, el paraíso condenado, por
Christian Sellés.