Ambrosius, como hacemos tantos, rastrea los periódicos, revistas y blogs en busca del buen periodista deportivo, esa especie que no está en extinción porque siempre fue especie protegida. El Aullido del cronista deportivo.
«El lector de periódicos también siente la llamada del esnobismo minoritario. Durante mucho tiempo, en aquella época remota en la que se leía el periódico en papel, los elegidos afirmaban con orgullo (como un gesto de dintinción comparable a echar el humo por la nariz y la boca a la vez), que ellos empezaban el periódico por atrás. Comenzaban su itinerario laberíntico en las orillas de lo insignificante y remoto para terminar llegando, con desgana, a la matanza de portada del día, que se despachaba con una fulminante mirada de indiferencia, la misma que un espectador de cine iraní dedicaría a una comedia romántica navideña de Jeniffer Aniston y Brad Pitt. Las portadas, los titulares y, sobre todo, las columnas de opinión, merecían todo el desprecio que un fallido intelectual adolescente de provincias puede acumular.»