Pues al final el referendum griego era un farolazo de su presidente, y le ha salido más bien mal. Lo cuenta Íñigo Sáenz de Ugarte. Papandreu no tenía balas.
«¿Presión intolerable? ¿Ataque a la soberanía griega? ¿Exactamente qué soberanía? Venizelos ha dicho que Grecia no tendrá fondos para sostener sus cuentas desde el 15 de diciembre. Es decir, no podrá pagar a sus médicos, a sus profesores, al resto de los funcionarios. Las condiciones de la UE y el FMI pueden ser leoninas o irreales o incluso, al igual que en acuerdos anteriores, quizá no sirvan para sacar al país del agujero. Pero el Estado griego necesita ese dinero para poder abrir la tienda. La dignidad y la mendicidad son situaciones difíciles de compatibilizar.
De hecho, algunos medios alemanes, no el Gobierno, estaban hasta encantados con la idea de la consulta. Lo que quieren es librarse de Grecia, que se largue de la eurozona, porque creen que todos los problemas se deben a un grupo de gobiernos mediterráneos manirrotos. No asumen ninguna responsabilidad alemana en la situación actual de la UE.
En el fondo, los alemanes son como griegos, pero con presupuestos más equilibrados. »