80 años después de la publicación de Un mundo feliz es más actual que nunca; eso es lo que piensa Silvia Hopenhayn, que ve en nuestros días la plasmación de la parábola del escritor inglés: Huxley, escritor visionario.
«Un gramo de soma basta para apaciguar diez sentimientos melancólicos. Huxley imprime un componente moral al vademécum de la droga: “Tiene todas las ventajas del cristianismo y del alcohol, sin ninguno de sus efectos secundarios”. Al soma, se le suma el ejercicio de la hipnopedia, es decir, la manipulación a través de los sueños, y el deporte, actividad predilecta y cuasi única en un mundo donde la diversidad fue abolida para evitar cualquier insatisfacción. No hay ciencia, literatura, filosofía ni arte.»
2011-11-03 21:16
Otro artículo donde se olvida que el Soma es la guinda del pastel de Un Mundo Feliz, no el fundamento de esta distopía
El Soma es uno de los fracasos más sonoros de la novela de Huxley. No existe, y probablemente no llegue a existir nunca, una droga tan polivalente (ansiolítico, estimulante, psicodélico, todo en uno y según la dosis ingerida) y, justo unos meses antes de que muriera Huxley, se sentaban las bases para la persecución, sañuda y a nivel mundial, de todas las sustancias psicoactivas sin uso médico, a excepción del café, el tabaco y el alcohol, así que la idea de los gobiernos repartiendo drogas alegremente a la población es de lo más peregrina y, más que distópica, cada vez más utópica.