No sé cuánto hay de provocación en el texto de Joselu, pero hay mucho de verdad: la literatura, dice, ya no es útil ni necesaria a la sociedad actual, ni siquiera para los que como él se construyeron gracias a ella. Tremenda, y dolorida, confesión: La muerte de la literatura.
«Tecnología y literatura son contradictorias. Lo vemos en nuestros alumnos. Su capacidad de atención es mínima, su cerebro probablemente ha mutado hacia otros tipos de atención más selectiva que la que implica el lenguaje literario que, dicho sea de paso, exige un tiempo y una voluntad que no concuerda con la realidad que vivimos: frenética e incapaz de dejar ningún poso. La tradición ha muerto, salvo en las fiestas de los pueblos.»