Un poco de desmitificación, en este caso de la leyenda del conde Don Julián y su amistad con los musulmanes. Lo cuenta con pormenor y gracejo JdJ en ¿Qué conde?.
«Este pollo es el que se llamaba Olbán, o tal vez Urbán, Ulyan, Alyán o, quizá, sólo quizá, Julián. Es probable que fuese cristiano, aunque difícilmente sería godo ni romano; Sánchez Albornoz, por ejemplo, lo dice bereber. Vitiza había estado enviándole pertrechos y armas para resistir al moro; pero al morir el rey y derrumbarse el Estado, Julián quedó solo, y capituló. Pero capituló reteniendo el mando de la plaza, por lo que, básicamente, lo que hizo fue cambiar de señor.»