Juan Freire ve en esta crisis una oportunidad para ir hacia un gobierno abierto, y apunta cuál es el camino: La oportunidad del gobierno abierto.
«Una estrategia de gobierno abierto debe trabajar en dos frentes: incorporar mecanismos de transparencia y rendición de cuentas; y desarrollar métodos y procesos para incrementar la participación ciudadana al tiempo que ésta evoluciona hacia modelos más autónomos y propositivos (y no sólo basados en la crítica o la consulta sobre proyectos ya cerrados). Las consecuencias de estos cambios deberían ser mejoras en la gestión y en la toma de decisiones de modo que los gobiernos se centren en los problemas significativos para la ciudadanía y los resuelvan de modo eficiente e innovador.»