Durante este verano las autoridades decretaron el estado de sitio en una estación de metro de Madrid. Grace Morales miró aquello con asombro, ¿tal vez la única en todo el vagón? Metro-Zombi.
«Cuando entramos en la estación, una de las más bulliciosas de la red del metro, siempre llenos los andenes, encontrármelos vacíos y en semioscuridad, sólo habitados en las salidas a los pasillos por vigilantes y policías agarrados a su arma reglamentaria, mientras el convoy pasaba a toda velocidad.
Qué quieren que les diga, tengo estómago fuerte y soy poco melindrosa, pero esto de la estación de metro cerrada por orden gubernativa me impresionó un poco. Quizá porque nunca lo había visto. Tampoco recordaba que en ningún momento se hubiese dado un caso semejante. Bueno, miento: en 2009 el consistorio decidió cerrar Sol tres horas antes de tiempo, para evitar que los juerguistas de las pre-uvas de Nochevieja montaran un jari en la Puerta del Sol, anticipándose, creo que debieron pensar las autoridades, a las concentraciones de los indignados de este año.»