Articulazo de E.J. Rodríguez en el que habla de la relación que algunas veces se da entre el arte y las enfermedades mentales. Arte esquizofrénico: cuando la locura va a los museos.
«Las teorías psicológicas de Sigmund Freud lo cambiaron todo. Incluso el arte. La locura había sido durante siglos una condición maldita: incluso cuando no era considerada una posesión diabólica —postura desgraciadamente muy común— provocaba incomprensión y rechazo. La gente podía asustarse incluso de sus propios sueños, cuando estos eran demasiado extraños, porque no entendían los mecanismos mentales que había detrás. El loco, en la literatura o el arte, era siempre una figura trágica; el bufón de Dios, cuyas ideas aberrantes eran objeto de burla, de ocultamiento o de piedad, pero nunca de imitación. A nadie se le hubiese ocurrido que las ideas nacidas en la locura podrían servir de inspiración —al menos directa— para el arte.
Freud mostró al mundo que las ideas aberrantes no eran necesariamente producto de una maldición: explicó los sueños, por ejemplo, y lo de menos es que su explicación fuese certera o no. Lo importante era la idea de que el consciente no es el único dueño de la mente, y que existe un subconsciente irracional dentro de todos nosotros. Algo que produce los sueños y, en aquellas personas cuyas barreras entre realidad y fantasía se rompen, también las alucinaciones y delirios. Una explicación científica que permitía aceptar la locura.»